El Museo de Bellas Artes de Alicante (MUBAG), se ha vestido de gala para presentar un retrato del jurista Rafael Altamira pintado por Joaquín Sorilla, obra de arte cedida temporalmente por el Museo del Parado de Madrid, cuyo traslado ha impulsado el presidente de la Diputación Provincial, Toni Pérez.

Se trata del primer Sorolla que el Museo Nacional del Prado deposita en el Museo de Bellas Artes de Alicante, con el que la institución provincial rinde homenaje al insigne humanista en el 74 aniversario de su fallecimiento.

“La llagada y exposición de este cuadro refuerza el homenaje de la Diputación de Alicante a la figura del gran humanista e historiador del que tan orgullosos nos sentimos, tanto por su contribución al mundo de la cultura como por la proyección internacional que ha brindado a la provincia”, ha matizado el presidente Toni Pérez, que ha calificado a Altamira como “el intelectual alicantino más universal y más completo de su tiempo”.

Al acto, que ha contado con una nutrida presencia del mundo de la cultura provincial, ha asistido especialmente invitada una delegación institucional del Ayuntamiento de El Campello, integrada por la concejala de Cultura, Dorian Gomis, y el edil Cristian Palomares, que han compartido espacio y protagonismo junto con Ignacio y Javier Ramos Altamira, bisnietos del humanista, y el diputado provincial de Cultura, Juan de Dios Navarro.

En todos los discursos que se han sucedido, tanto desde la parte institucional como la técnica, se ha destacado la repatriación de los restos mortales de Rafael Altamira y su esposa para ser inhumados en el Cementerio Municipal de El Campello, en una ceremonia solemne que presidió el Rey Felipe VI el pasado 10 de febrero.

TODO EL AÑO EN EL MUBAG

La obra de Sorolla se podrá visitar en el Mubag durante un año, en la exposición permanente ‘El siglo XIX. La colección a la luz’, inaugurada en marzo de 2022. Desde entonces, han sido varias las acciones desarrolladas en colaboración con la pinacoteca nacional dentro del marco ‘El Prado Extendido’. Como ha explicado el director del museo, Jorge Soler, “estamos ante la primera pintura del maestro valenciano que se integra en el discurso expositivo de la pinacoteca alicantina gracias a la cesión del Prado”.

El retrato realizado por Sorolla a su amigo Altamira en 1886 fue un obsequio como muestra del inicio de la fecunda amistad que mantendrían de por vida tras conocerse en Valencia. Sorolla retrata a un joven Altamira recién licenciado en Derecho, ha puntualizado María José Gadea, técnico del MUBAG, quien ha añadido que “el pintor se centra en el rostro sobre un fondo neutro, dejando el resto del busto abocetado. Además, la paleta empleada por Sorolla, de tonos oscuros, es propia de su primera etapa, antes del desarrollo del luminismo con el que se identifica al pintor”.