Me equivocao 

Jean Baudrillard, mi filósofo francés de cabecera, escribió que la corrupción es inherente al poder. El robo es cuestión de tiempo, decía Camba, ese genial periodista de Cortes a comienzos del Siglo XX, el del tango Cambalache, que sigue ahora muy vigente. No soportaríamos una confesión de la inutilidad del político o de su corrupción porque “el político es nuestra máscara, y si la arrancamos corremos el riesgo de encontrarnos con una responsabilidad en crudo, la misma de la que nos hemos despejado para su beneficio”. Por lo tanto, piensa Baudrillard,  la corrupción no es jamás un accidente sino consecuencia del Mal. Un concepto que no formula desde la religión o la moral,  sino de una teoría que postula la existencia de movimientos antagónicos, la realidad integral y su reverso, la forma dual, que provocan una destrucción o desintegración secreta que transforma una destinación positiva en una finalidad asesina. “Se trata de la violencia mundial inmanente al sistema-mundo y que le opone, desde dentro, la forma más pura del desafío”. (El pacto de lucidez o la inteligencia del Mal).

Filosofías aparte, los poderosos, ya sea un rey, un presidente del gobierno o un conseller autonómico , no pueden ni deben pedir perdón. Tal vez un hombre de a pie, un tiñalpa como dice cierto escritor y académico, pueda alegar inocencia por haber cometido errores o pecados por abuso de confianza o ingenuidad. Cuando lo hace el poderoso o es un cínico, un farsante,  o es un imbécil.

No es de recibo, pues el “Me equivocao”. El presidente del gobierno debería dimitir, si quiere conservar la confianza en la democracia, ese sistema imperfecto pero necesario. No vale decir que así “se entrega el país a PP-VOX”, que tal vez, porque hay que dejar que la ciudadanía escoja si quiere votar a diestra o a siniestra. Ahora bien, la democracia y sus políticos, aun los que salen ranas, es mejor que cualquier dictadura o régimen autoritario. 

Cuento judío 

Ernst Tugendhat, ( 1930-2023) filósofo y pedagogo alemán de origen judío, sobrevivió a la persecución nazi refugiándose en Suiza y luego en Venezuela. A su regreso a Alemania tras la guerra fue catedrático en universidades y también un activista en defensa de los derechos humanos. El 21 de enero de 1987, con motivo de la expulsión de Alemania de algunos refugiados palestinos y libaneses realizó una alocución en una iglesia de Berlín, en la que acusó al estado alemán y a los tribunales de justicia de vulnerar los derechos de estos extranjeros a los que se les negó la condición de perseguidos políticos. Pero también denunció al sionismo de Israel por su actitud colonialista: “Alguien dijo: Queremos fundar nuestro propio estado allí donde no hay nada” presuponiendo que nada hay allí donde solo hay árabes . Los propios judíos han interpretado erróneamente el judaísmo en el sentido nacionalista. Y este falseamiento del judaísmo depende íntimamente del nacionalismo centroeuropeo alemán, polaco y de otros pueblos, así como del antisemitismo”.  Según este filósofo,  la creación de Israel no fue necesariamente consecuencia de la persecución judía en Alemania, pero sí entiende que ese estado es responsable , entre otros, de su instauración en tierra de Palestina. Por lo tanto, no se podía tratar a libaneses y palestinos como lo estaban haciendo.

Tugendhat recuerda entonces un cuento judío en el que los discípulos de un rabino responden a la pregunta de cómo reconocer cuando acaba la noche y llega la claridad del día. Los discípulos fallan una y otra vez contestando que es cuando se distinguen las distintas formas de la naturaleza. Y el rabino les aclara que solo es cuando “al mirar en el rostro de cualquier persona ves a un hermano o a una hermana”. Hasta entonces la noche permanecerá. Alumbrada solo por el fuego anti aéreo, los misiles y las ciudades incendiadas.

Dudosos privilegios

La ciudad de San Vicente del Raspeig es una urbe privilegiada en más de algún sentido. Tiene el campus universitario que acrecienta la riqueza de propietarios de viviendas y comercios. Sin embargo su progreso económico y crecimiento se ve amenazado por el aumento de la población y la creciente necesidad de más y mejores servicios, tanto sanitarios como transportes públicos, entre otros. La limpieza viaria y la recogida de basuras viene siendo uno de esos puntos críticos y la denuncias por la aparición de plagas de insectos y ratas ya se reflejan en la prensa local, impulsadas por una oposición que ya estuvo mucho tiempo gobernando y tampoco hizo gran cosa.

Muchos ciudadanos se preguntan a donde van sus impuestos. Tal vez a pagar festejos y actividades que no son tan necesarios ni tan bien organizados.