Vino a mi encuentro como todo lo que en mi vida ha valido la pena, por azar. Tal vez algunos de los que leen hayan tenido la misma suerte, si no, los animo a buscar sus grabaciones. Un cantante e instrumentista excepcional, voz de cristal quebradizo, susurrante y andrógina y una trompeta con riendas de seda acompañando sus salmodias.
Ángel caído
En vida (los ángeles caídos también tienen biografía) recibió el nombre de Chesney Henry Baker al nacer el 23 de septiembre de 1929 en Yale, Oklahoma, Estados Unidos. Los aires californianos le dieron de lleno cuando sus padres se mudaron en Glendale en busca de una mejor vida. Su padre, un guitarrista alcohólico le regaló un enorme trombón, que pronto debería cambiar por una trompeta para el niño que tenía solo once años. Fue el inicio de un idilio con la música, una pasión y un vicio que solo abandonaría en ocasiones por otro, nefasto, en los períodos más oscuros de su existencia terrenal.
Como tantos jóvenes de su tiempo, se enroló en el ejército para poder seguir tocando su instrumento , en las largas giras europeas de las bandas militares estadounidenses que formaban parte de la imagen propagandística del “mundo libre” en tiempos de la “guerra fría”. Así, tocó en el Berlín destripado por la segunda guerra mundial y ése fue su primera cita con el jazz en vivo.
El resto es historia, que ha encumbrado a este hijo de la tradición clásica del jazz con hitos como Bix Beirderbecke o Miles Davis, como uno de los mitos de este estilo musical.
Chet destacaba por ser la esperanza blanca del jazz, pero también por su imagen fotogénica que le valió el apodo de “el James Dean del Jazz”. Allí están las imágenes del fotógrafo William Claxton que lo muestran en los ensayos , opacando al resto de sus acompañantes por su figura juvenil y sus facciones entre infantiles y demoníacas. Sin embargo, sus enredos con la droga le pasaron finalmente una amarga y costosa factura, cuando unos maleantes enviados por alguien a quien debía dinero le destrozaron la cara. El suceso le costó perder la dentadura y tener que reaprender a tocar, lo cual logró al cabo de un tiempo en el que debió emplearse en humildes trabajos de subsistencia.
De los garitos musicales neoyorkinos pasó a los de París y otros europeos, donde su figura era legendaria. En Italia fue condenado a prisión tras un confuso incidente en una estación de servicio, con la policía, que le acusó de tenencia de drogas.
Su vida sentimental fue azarosa y sus numerosas parejas y esposas dieron testimonio de su faceta oscura como maltratador y manipulador en el documental filmado por Bruce Weber (Let´s get lost). No descubriremos nada si decimos que es consustancial a la naturaleza o carácter de cualquier adicto a las drogas duras este tipo de comportamientos. Baker no solo abandonó a las mujeres, sino también a sus hijos.
Así y todo, el artista es recordado por sus víctimas con una mezcla de indulgencia y dolor. Empezando por su madre, que al ser interrogada por Weber acerca de si sentía alguna decepción a pesar del orgullo de tener un hijo tan famoso, parece que asiente en silencio.
Baker acabó mal. Su muerte nunca ha sido del todo aclarada. Lo encontraron con la cabeza destrozada en una acera de Amsterdam, supuestamente al haber caído desde un tercer piso del hotel donde se alojaba.
Solo un pequeño grupo de familiares, entre los que se encontraban algunas de sus esposas y amantes, asistió al funeral celebrado en Los Ángeles. También algunos amigos y músicos que le habían acompañado en su último telón.
Sueño profundo
Los motivos por los cuales se siente admiración o fascinación por un artista, músico o cantante son siempre misteriosos. Respecto a Chet Baker, uno no sabe si fue su vida trágica, su aspecto y su fotogenia (algunas admiradoras y amantes le comparaban con “un dios griego”) lo que primaron en esta atracción, que en el caso de muchas mujeres fue fatal.
El ”James Dean del Jazz” ha sido estudiado desde diferentes perspectivas. James Gavin , periodista musical, le dedicó una extensa biografía titulada “Deep in a dream, la larga noche de Chet Baker” y el cineasta y fotógrafo Bruce Weber realizó un famoso documental titulado también como uno de los temas más populares interpretados por Baker, “Let´s get lost”. Por otra parte, otro fotógrafo, William Claxton, explotó su imagen , así como la de otros artistas del jazz, en varias ocasiones y se puede decir que lo descubrió ante el público estadounidense en su faceta más sugerente como símbolo sexual.
Chet Baker, encumbrado por la prensa de los años 50 y por algunos críticos , llegó a la cumbre por aquellos años. A partir de la década siguiente, su decadencia fue en picado, a lo que contribuyó decisivamente el abuso de las drogas, en especial la heroína. El golpe definitivo a su carrera fue en 1966, cuando en circunstancias nunca bien aclaradas, el artista recibió una brutal paliza, supuestamente por encargo de algún camello al que había estafado.
Baker debió aprender a tocar de nuevo, con la boca destrozada , tras un largo período de inactividad .Pero sus desventuras no acabaron allí. Un viernes 13 de 1988, encontraron su cuerpo en una callejuela de Amsterdam. Nunca se supo con exactitud qué había ocurrido.
Una de sus canciones originales es, Deep in a dream, que expresa con extraordinaria precisión su manera de vivir y de sentir:
Apagué las luces y me hundí en mi silla
El humo del cigarrillo trepa por el aire
las paredes de la habitación se desvanecen
en el azul
Y estoy soñando profundamente en ti
El humo forma una escalera
para que bajes
Vienes a mis brazos
y tal vez esta bendición no acabe
Mientras estoy en un sueño profundo
de ti
Su lirismo transparente, pues era un músico que tocaba con el corazón antes que con partituras que apenas entendía, sorprende y conmueve cada vez al escuchar sus múltiples versiones de “My Funny Valentine” o “Angel eyes”. Uno puede imaginarlo con su tupe a lo Elvis, su boca hundida , las mejillas soplando suavemente el instrumento, su figura delgada que conoció el suelo de las prisiones y el azote de las drogas.
Cuando venga un juicio final, solo le pido a Dios que sea el este ángel caído que toque la última nota desde el Cielo o el Infierno.

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