Alicante celebra desde 2012 el Día Internacional del Jazz, iniciativa de la UNESCO que cuenta con el apoyo y organización de la Asociación Cultural Liz Vallet, que cada año realiza diversas actividades y eventos musicales. Este año, entre otros, ha tenido lugar un concierto colectivo benéfico (Jazzday 2025) en el Teatro Principal el pasado domingo 27 de abril.

El concierto, que abarrotó las localidades del local, reunió a manifestaciones variadas de este tipo de música que vienen realizándose en nuestro ámbito. Una buena muestra de la salud y la potencia del jazz que se produce fueron las actuaciones de bandas como Sukijazz , Funker Brothers  o Kike Vidal, en las que destacan jóvenes figuras emergentes como el saxofonista Benjamín Marpegan y su hermano Ulises, a los teclados. Resulta difícil mencionar a todos los participantes que demostraron su talento en este concierto colectivo, pero si algo quedó en evidencia para los espectadores fue el hecho que existe una gran camada de nuevos jazzmen y cantantes solistas femeninas en tierra alicantina. 

El broche final de la velada fue la entrega de premios de la asociación cultural organizadora, que  fue fundada en honor a Liz Vallet, figura destacada del jazz  en nuestro medio y que llevan su nombre. Este año el galardón recayó en Antonio de León, promotor musical en salas de concierto locales tales como Desdén. El premio Jazz Day 2025 fue para el cantante Pedro Rui Blas, quien es también autor de un libro de memorias titulado A los que hirió el amor y que fue presentado en el marco de la celebración de este Día Internacional del Jazz. Pedro demostró en el escenario del Principal que quién tuvo, retuvo, improvisando una magnífica interpretación del hit de Ottis Redding  Sittin` on the dock of the bay y cerrando el recital con un tema tradicional (Get your kicks on Route 66) al estilo del gran Van Morrison.

Seguramente, el Día Internacional del Jazz y la organización promotora tendrán una larga vida en nuestro entorno cultural. Así lo parece por la afición existente a una música nacida del sufrimiento y la exclusión pero con un sello de libertad indiscutible y que ha conquistado al mundo con su mensaje de paz y esperanza para los pueblos. Gracias a los seguidores de Liz Vallet, que una vez más celebran la memoria viva de los que han dado sus vidas a mantener su legado.