Los “Premis Altea 2025” ya tienen ganadores y se daban a conocer el pasado sábado en la gala que tenía lugar, como es costumbre, la víspera del Domingo de Ramos en Palau Altea. En el mismo acto era homenajeada con el “Premi Estela d’Honor” la profesora Antonia Consuelo Orozco. Tras una ardua tarea del jurado que compone cada edición de “Premis Altea”, uno por categoría, y con 128 originales presentados, los ganadores de este año han resultado ser: Marc Pallarés Piquer con “Totes les llums del temps” con el “Premi Carmelina Sánchez Cutillas de Novel.la i Prosa Creativa”; Nina Busquet i Figueras con “La cuinera de noticies” con el “Premi Altea de Literatura Infantil i Juvenil” y Míriam Ruiz Ruano con el “Premi d’Assaig i Investigació Francesc Martínez i Martínez con la obra “Fènix dels antics, pare dels moderns: Ausiàs March a la cultura catalana i valenciana del segle XIX”.

Al inicio de la Gala, conducida por la popular periodista valenciana Clara Castelló y tras la intervención de Joan Borja, director de la Càtedra Enric Valor de la UA e impulsor de Premis Altea,  era entregado el “Premi Estela d’Honor”, a título póstumo, a la familia de Antonia Consuelo Orozco. Un trofeo que recogía su hijo Vicente Rico, que en su nombre y el sus hermanos, manifestó sentirse agradecido y emocionado por el reconocimiento a su madre. “Estamos seguros que nuestra madre estaría muy orgullosa de este reconocimiento que su Altea le hace”. Apuntaba Rico, quien calificaba a su madres como “una madre excepcional y maravillosa que nos inculcó desde muy pequeños sus valores como el respeto hacia los demás y también nos transmitió el esfuerzo por los estudios”.

El Premio Estela de Honor está concebido para reconocer y poner en valor la trayectoria de personalidades alteanas que, ya desaparecidas, han destacado y sobresalido en el ámbito de la literatura, el arte, la creatividad o la investigación. 

La señora Antonia Consuelo Orozco, Doña Antonia (nacida en Altea el 25 de agosto de 1908 y fallecida el 4 de abril de 1981), fue una mujer admirablemente avanzada a su tiempo: una verdadera pionera del conocimiento científico en un contexto en el que la formación, la docencia y la investigación universitarias eran un espacio generalmente reservado para los hombres. Al fin y al cabo, ella fue una de las tres primeras mujeres que pudo licenciarse en Ciencias («Sección Químicas») por la Universitat de València, en 1926. Y durante mucho tiempo, además de ejercer como profesora de matemáticas, dirigió con diligencia el Colegio Libre Adoptado (CLA) de Altea (entre 1964 y 1973), donde propició que toda una generación de alteanas y alteanos adquiriese la formación necesaria para afrontar con éxito la transición desde una sociedad preindustrial hasta la actual sociedad del conocimiento. Precisamente en calidad de directora del CLA, en 1973, cuando se inauguró el Instituto de Bachillerato de Altea —el actual IES Bellaguarda—, la señora Antonia Consuelo Orozco fue su primera directora.

Era la edil de Cultura, Pepa Victoria Pérez la que hacía entrega del Premi Estela d’Honor a Vicente Rico, pero no sin antes agradecer las colaboraciones institucionales con las que cuenta “Premis Altea de Literatura i Investigació”; al jurado por el arduo trabajo que han de realizar leyendo cada uno de los originales presentado y  que este año han sido 128”; a los presentes por su participación y a Joan Borja por ser el impulsor y coordinador de “Premis Altea”, que cada año convierten a Altea, en vísperas del Domingo de Ramos, en la capital de las letras valencianas por unas horas.

Realizado el homenaje a Dª Antonia, como así era conocida en Altea, continuaba la velada, amenizada por “La Orquestra Blava”. Finalizada la cena, daba inicio la entrega de premios, comenzando por el “Premi d’Assaig i Investigació Francesc Martínez i Martínez”, patrocinado por el Instituto Alicantino de la Cultura Juan Gil-Albert, que en esta ocasión ha recaído en Míriam Ruiz Ruano, con su ensayo “Fènix dels antics, pare dels moderns: Ausiàs March en la cultura catalana i valenciana del segle XIX”. Era el la directora cultural del Gil-Albert, Cristina Martínez Álvarez,  la encargada de entregar el Trofeo Penell de Serafín Cortés.

“Ganar el Premi d’Assaig i Investigació Francesc Martínez i Martínez es un impulso para mi investigación académica, centrada en el poeta valenciano más universal que tenemos: Ausiàs March. Uno de los aspectos que más valoro de haber sido premiada en el certamen de Altea es el hecho de tener no sólo reconocimiento fuera de Cataluña, sino también el de un jurado que representa la cultura valenciana. Teniendo en cuenta que se trata de un estudio sobre Ausiàs March, esto me parecía fundamental. Un clásico, como Ausiàs March, nos lee a nosotros, porque la forma en la que lo dotamos de sentido y lo explicamos delata nuestros valores y prejuicios como lectores individuales y también como comunidad. Desde esta perspectiva, el ensayo pretende explicar cómo los sistemas literarios y culturales de Cataluña y de Valencia han convertido a uno de sus autores en un clásico a lo largo del siglo XIX, es decir, a las puertas de la modernidad. Éste es un período crucial para el desarrollo político y cultural de los territorios del dominio lingüístico catalán, y cabe decir que Ausiàs March juega en el mismo un papel más que destacado. Lo que he querido explicar en las páginas de esta obra son precisamente los distintos procesos, estrategias y motivos que han utilizado nuestros intelectuales (críticos, editores y poetas) para recuperar la figura y obra de March y convertirlo en un símbolo identitario. En este sentido, el objetivo del ensayo no ha sido sino responder a la pregunta: «¿Cómo nos hemos definido como sociedad?» declaraba Miriam Ruiz.

“El Premi Altea de Literatura Infantil i Juvenil” representado por el Trofeu Aila, i patrocinado por la Generalitat Valenciana, era entregado por Miquel Nadal, director general de Cultura de la Generalitat a la autora de la obra ganadora “La cuinera de notícies”, Nina Busquets i Figueras.

Durante la recogida del premio, Nina, además de hacer un recorrido por su primera novela, declaraba: “nuestra lengua se encuentra en una situación crítica, por eso, premios como el de Altea son tan importantes, porque la cultura y el entretenimiento siempre son una buena herramienta para acercarla al público; para demostrarle que es un medio para divertirse, para imaginar, para sentir, para aprender. En definitiva, que la nuestra es una lengua viva. Con esto quiero decir que para mí no tiene sentido escribir en una lengua diferente que la que me sirve para amar o para soñar. Y es que La cuinera de notícies va de eso: de cumplir tus sueños”.

Y llegaba el momento álgido de la noche desvelando el “Premi Carmelina Sánchez-Cutillas de Novel.la i Prosa Creativa”; un premio patrocinado por la Fundación Caixaltea que entregaba su presidente, Ignacio Ortiz Azcárate y que como ganador recogía Marc Pallarès Paquer por su obra, “Totes les llums del temps”.  

Marc, en el transcurso de su intervención, comentaba, “con las anteriores novelas gané el premio del Gobierno de Andorra y el premio «Ciutat de Palma». Después de más de diez años de silencio, es una alegría, con la tercera, ganar uno en casa, y más aún el Carmelina Sánchez-Cutillas de Altea, que, con tan pocos años, ya se ha convertido en uno de los premios más prestigiosos”.

“Premios como los de Altea son muy importantes para el ámbito cultural, puesto que hacen posible poner al alcance de la ciudadanía obras literarias escritas en valenciano”; añadia Pallarès, quien decía de su novela que “combina un par de temáticas: la primera, cómo asumir tanto un fracaso del presente, la separación sentimental, como unos hechos traumáticos del pasado, marcados por un sentimiento de animadversión; la segunda es el valor de la amistad, la novela nos hace reflexionar sobre cómo lo creamos y sobre cómo evoluciona a lo largo de nuestra vida”.

“Seguramente, solo hay una manera de engañar al tiempo, y es poniéndole tanta vida como podamos. Y esto es lo que tendrá que aprender el protagonista de la novela. Por eso la novela se titula Totes les llums del temps (“Todas las luces del tiempo”. Nunca he sabido responder a la pregunta de por qué escribo, pero diría que si escribo entiendo mejor la vida. Y, aparte de eso, creo que si con lo que escribimos conseguimos que alguien sea infiel al móvil durante algunas horas, ya nos podemos dar por satisfechos.” Acababa indicando Marc Pallarès.