España se proclamó campeona del mundo tras vencer a Inglaterra (1-0) en la final del Mundial disputada en el estadio olímpico de Sídney ante 75.784 espectadores que fueron testigos del día más importante de la selección. Un segundo “Carmonazo” fue suficiente para que España alzara al cielo australiano el cetro más preciado y pueda bordar en su escudo la primera estrella.

Desde 2018, cuando empezamos, en nuestra revista cultural LOBLANC no habíamos escrito nunca sobre deportes pero ayer fue un día memorable porque tuvimos unas campeonas que nos hizo a todo el mundo campeones.

Hace unos años era impensable, pero en cambio estas mujeres, nuestras, ha conseguido la hazaña de convertirse en las mejores del mundo y ser un referente para, sobre todo, muchas niñas de nuestro país que van a poder pensar con más tranquilidad que pueden dedicarse al fútbol, algo impensable hace algunos años, no tantos.

La proeza conseguida demuestra que la igualdad está más cerca, hombres y mujeres pueden y deben compartirlo todo, incluso el fútbol. Vamos a conseguir ser un poco mejores.

Con 13 minutos de añadido por fin el reloj de arena se consumió lentamente, bendita tortura, hasta que el pitido final del choque se entremezcló con los gritos de alegría, los llantos de felicidad y el subidón de adrenalina que durará para la eternidad. España tocó el cielo y allí estuvimos para verlo y sentirlo.