Las máquinas y la electricidad parece ser que inspiran al poeta Ramón Andreu. En estas semanas ha salido al mercado de las letras su segundo poemario «Los poemas electricos» después de aquel Vanidades Mecánicas, por tanto, una poesía donde le persigue un naming técnico-estético aunque después sus versos hablen de las hazañas sensibles de sus protagonistas, con claridad y sencillez. El poemario fue presentado en el espacio Ravi Café de Alicante de manos de sus promotores Letras de Contestania, entidad cultural de la ciudad muy vinculada a la literatura.
En palabras de su prologuista Pascual Ruso, Ramón Andreu es un poeta que invita a “intensas reflexiones filosóficas que parten de las sensaciones, sentimientos y vivencias expresadas que son pura electricidad poética”.
Pertenece a esa generación de poetas no acuñada pero sí sentida y leída que se nutre de lo urbano, la música actual y lo irremediable de internet pero tiene referentes que compartimos, entre otros, Jaime Gil de Biedma que siempre es una garantía. De lenguaje nítido y directo al corazón de las palabras. Cuando se lee sus versos, recibes su verdad, su emoción sin disfraces, con simbolismos claros, pero también cotidianos.
Dialoga con los lectores desde el mundo real sin irse a otros territorios: pero asumiendo su miedo en versos de extremada sinceridad como “Ser protagonista de tu propia vida / produce escalofríos”.
Se descubre, en sus palabras, con ese aparente cliché de preocupación que tienen los poetas según señala el periodista alicantino Mariano Sánchez Soler que añade que es un poeta también romántico, sin más.
Ramón Andreo organiza el Ciclo Poetas en la Biblioteca
Ramón Andreu va por la décima edición del ciclo Poetas en la Biblioteca que se lleva a cabo la Biblioteca Central de Santa Pola. En este ciclo participan un poeta no editado y un poeta experimentado con un fondo musical en sintonía distinta con los poemas y como manda el protocolo tradicional, al acabar, un vinito de honor como los de antes.
La Electricidad como detonante
En este momento, probablemente, la electricidad ya es un hecho consumado vinculado a la creación con mayúsculas. Además de los poemas eléctricos de Ramón Andreu en otros puntos del país cercanos o mas lejanos, la electricidad ya aparece implícita en el ritual de punto de partida de muchos proyectos de creación. Solo citaremos dos con el fin de fundamentar que existe energía. Por un lado, el grupo de Getxo McEnroe en uno de sus últimos álbumes incluía su canción «La Electricidad» compuesta por Ricardo Lezón.
Acuérdate de mí cuando veas algún rayo agrietando el cielo o un cristal.
No dejes de buscar, incluso en la hora más oscurapuede aparecer de pronto la electricidad.
Yo estaré por aquí, escondido en algún recuerdo o en el leve movimiento de sentir.
Y cabe la posibilidad de que te vuelva a encontrar en algún incendio.
Y cabe la posibilidad de que te pueda olvidar en algún momento.
En el entorno cercano existe un proyecto de gestión cultural, que incluye la poesía, que se llama Eléctrico Romane en el que yo mismo participio de su diseño y creación para compartirlo con la ciudadanía ávida de cultura. Mucha electricidad en la cultura de los y las creadores-as.
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